El cáncer de piel es una afección que se origina en las células de la piel y puede presentarse de diferentes formas. Las dos formas más comunes son el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas, que generalmente se desarrollan en áreas expuestas al sol, como el rostro, las orejas y las manos. Otro tipo, el melanoma, es más agresivo y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluso en áreas no expuestas al sol.
Características:
Carcinoma de Células Basales: Suele manifestarse como una protuberancia perlada o una lesión cerosa en la piel. A menudo, puede sangrar o formar una costra, y crece lentamente. Afortunadamente, es raro que se propague a otras partes del cuerpo.
Carcinoma de Células Escamosas: Por lo general, se presenta como una lesión escamosa, con costras o que se asemeja a una llaga abierta. Puede crecer rápidamente y tener potencial de propagación a otras áreas del cuerpo si no se trata a tiempo.
Melanoma: Este tipo es el más peligroso y potencialmente mortal. Suele aparecer como un lunar nuevo o como un cambio en un lunar existente. Las características preocupantes incluyen bordes irregulares, color desigual y aumento de tamaño. El diagnóstico temprano es crucial para su manejo efectivo.
Tu Piel Merece Atención y Cuidado
Nuestra piel es el órgano más grande y visible de nuestro cuerpo. Protegerla del daño solar y estar alerta a cualquier cambio es fundamental para detectar a tiempo posibles signos de cáncer de piel. La prevención y la detección temprana son claves para un tratamiento exitoso. Si notas cualquier cambio en tus lunares, manchas o lesiones cutáneas, ¡No dudes en contactarnos!